Una veintena de representantes de la música y el teatro se han reunido esta semana con la Junta, en una mesa celebrada para sentar las bases del futuro de ambos sectores en la región.
El objetivo del encuentro ha sido establecer un cauce de diálogo y colaboración entre el sector cultural, analizar los retos y consensuar la actualización de seis decretos que regulan las ayudas a la música y al teatro, regulaciones que "en algunos casos no se modificaban desde hace más de una década", según ha recordado la Junta en nota de prensa.
"Queremos daros todas las herramientas que sean útiles para que avancemos. Lo haremos con vosotros, todos juntos", ha señalado la consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, en este encuentro en el que ha estado acompañada del secretario general de Cultura, Francisco Palomino, y el director del Centro de las Artes Escénicas y de la Música, Antonio Marín.
En la mesa de trabajo han estado presentes la Asociación Extremadura Teatral, la Asociación Profesional de Circo, la Unión de Actores y Actrices Profesionales de Extremadura (Uapex), la Asociación de Mujeres Músicas Extremeñas y el Foro de las Artes Escénicas de Extremadura, entre otros.
Durante el acto, Palomino ha reiterado que desde la Secretaría de Cultura se abrió un proceso de escucha el pasado noviembre, en el marco del cual se han enviado cerca de 400 correos electrónicos a profesionales, instándoles a participar en el desarrollo y actualización de los decretos.
Asimismo, el secretario de Cultura ha manifestado su intención de convocar anualmente la Mesa de la Música y el Teatro para mantener abierta esta vía de comunicación y diálogo.
Por su parte, Antonio Marín ha explicado detalladamente los cambios en los decretos en los que está trabajando el Ejecutivo regional, al tiempo que ha llamado a participar en un debate conjunto sobre las modificaciones propuestas, así como a plantear otras nuevas.
En este sentido, ha avanzado que se estudiarían todas las manifestaciones y sensibilidades, y se valoraría la posibilidad de incorporar cada una de ellas a las nuevas bases reguladoras, a fin de conseguir que los decretos estén consensuados con el sector y respondan a las necesidades de la industria cultural actual.