El centenar de niños saharauis que ha pasado este verano en Extremadura con el programa de Vacaciones en Paz, ya está de vuelta en el Sáhara y llega el momento de hacer balance. Los niños se marchan con las pilas cargadas y las familias de acogida se quedan aquí con la satisfacción de haber recibido mucho más de lo que les dan.
Hace un mes y medio veíamos reencuentros muy emotivos y cargados de cariño. Y, entre el centenar de niños que llegaron, un sinfín de deseos, como jugar en la piscina o en la playa. Unos deseos que, hasta hace unos días, han podido hacer realidad un verano más en Extremadura. Por eso, llevan sus maletas cargadas de buenos momentos pero, también, muchas cosas aprendidas y muchos amigos que dejan en la región.
Por eso, cuando llega el momento, la despedida, es difícil. Aunque ni en el viaje, pierden la sonrisa.