A la hora de desplazarse, eliminar barreras en el entorno es fundamental para garantizar la movilidad de las personas con discapacidad física.
Hemos acompañado a una extremeña, Maritxu, que viaja en tren, en sillas de ruedas, para hacer su rehabilitación en Mérida. Ella llega a las 10:30 de la mañana a la estación de Navalmoral de la Mata. En ella le esperan dos trabajadores que la acompañan hasta el tren y le ayudan a subir. Para acceder a algunos trenes necesita de esta ayuda. Nos cuenta, por ejemplo, que en el tren Regional sí puede entrar y salir sola, pero en otros, es imposible hacerlo.
Maritxu tiene distrofia muscular y una lesión en el fémur, que la obliga a recibir una rehabilitación neurológica que no hay en Navalmoral de la Mata. Por eso, dos días a la semana, desde hace dos años, hace el trayecto de ida y vuelta a Mérida, donde recibe la atención especializada que necesita. No le importa, asegura, estar nueve horas fuera de casa, las que tarda en ir a Mérida, hacer la rehabilitación, y volver a casa, aunque echa de menos más horarios y conexiones, además de más coches para sillas de ruedas.
El servicio de asistencia para personas con movilidad reducida de Renfe es gratuito, pero hay que llamar con antelación para confirmarlo.