
No dura ni medio minuto, pero mueve a miles de personas. Villanueva de la Serena madruga para vivir uno de sus momentos más intensos: La Aurora echa a correr para abrazar a su hijo resucitado. Son solo cien metros, pero cargados de siglos de tradición.
A las 9:30 horas, la Virgen de la Aurora emprendía su particular carrerita hasta el Cristo Resucitado. Son 100 metros en apenas 20 segundos. El encuentro entre madre e hijo es uno de los momentos más singulares de este Domingo de Resurrección.
Antes de la carrera, las cofradías se reúnen para preparar el encuentro. Los Hermanos de la Aurora no solo esperan, también realizan el sorteo para saber quiénes serán los afortunados que corran con las andas.
En la calle, la gente se agolpa desde bien temprano para conseguir el mejor lugar y vivir la tradición de cerca.
Una fiesta declarada de Interés Turístico Regional desde 2007 que los villanovenses esperan con devoción cada año.