La factura por tramos horarios se puso en marchar el pasado 1 de junio, a partir de ese momento interiorizamos que la lavadora era mejor ponerla de madrugada o los fines de semana. En cualquier caso siempre fuera de las horas pico, establecidas entre las 10 de la mañana y las dos de la tarde o las seis de la tarde y las diez de la noche. Sin embargo, con la escalada de precios esa fragmentación por horas ha perdido su sentido. Hoy, sin ir más lejos, la hora más cara se ha pagado a las nueve de la mañana, una hora fuera de las horas de mayor consumo.
Esto es así, en parte, porque para tratar de bajar los precios el pasado mes de septiembre el Gobierno redujo los cargos correspondientes a la parte fija del recibo, unos costes que se cargaban, sobre todo, en las horas de mayor consumo, pero al haber eliminado hasta el 31 de diciembre esa parte fija ahora lo que pagamos se debe, básicamente, al precio real de la energía, que está cara a todas horas, también en los valles. Según explica el analista energético Francisco Valverde "como los precios mínimos están muy altos, la poca diferencia que hay con las máximos afectan muy poco" a lo que pagamos al final.
Si queremos apurar al céntimo el experto recomienda descargarse la app de Red Eléctrica Española o consultar su web que da los precios de mercado con un día de antelación y "así decidir si queremos poner la lavadora a las tres de la mañana o a las tres de la tarde".