El Teatro Romano de Mérida tuvo dos frentes escénicos. El actual que vemos reconstruido, y otro anterior que apenas duró un siglo. Lo explica Pedro Mateos, director del Instituto de Arqueología de Mérida.
"Sabemos que hubo un frente escénico que fue derribado y cien años después, se construyó uno nuevo de mármol y más monumental", detalle el director del Instituto de Arqueología. Se construye en el 96 después de Cristo y se termina diez años después. Su fecha de construcción se conoce por un grafiti que sus autores dejaron en el frente escénico.
Esta una de las novedades que ha permitido conocer el proyecto de investigación llevado a cabo coincidiendo con el centenario de las primeras excavaciones en el recinto para profundizar en el conocimiento del teatro, el anfiteatro y el peristilo.
Novedades en el graderío
Otra de las novedades descubiertas corresponde al graderío. En la parte alta de la cávea existía un pórtico "que no se conocía hasta ahora", destaca Mateos. De ese pórtico queda el pavimento y alguna basa y algún fuste. De dos metros y medio, ya saben que llegaría hasta la altura del frente escénico. Se usaría como zona de tránsito.
Paso del tiempo para el Romano
Tiempo ha pasado ya desde las excavaciones que iniciaran José Ramón Mélida y Maximiliano Macías. Tiempo que ha dejado su huella en el suelo original de mármol del Teatro en los más de cien años transcurridos y que se ha reparado con un innovador tratamiento.
De ello se dieron cuenta en 2021 durante una revisión rutinaria tras un evento. "Comprobamos que el mármol se estaba deshaciendo como azúcar", cuenta María Paz Pérez Chivite, restauradora del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.
El suelo estaba en estado crítico. Con la ayuda en tiempo récord del Ministerio de Cultura, se sometió a un novedoso tratamiento con bacterias, que tras estos años en funcionamiento, le está sentando "muy bien", asegura la conservadora.