-David va a sacá un disco.
En esa casa, en la casa de mi amiga María, llena de rabos de toro, garbanzos, tortillas de patata de todas clases (con berenjenas está exquisita: "mi madre es la mejor tortillera del mundo", decía) y peroles para dar de comer a más de diez personas (todas ellas amigas de su hija) escuchábamos a Inés Bacán, a María la Perrata, al Lebrijano ("ha hecho un disco que se puede oler": era Casablanca, de 1998). De todo hace ahora casi treinta años. Del disco de David, 25. David tocaba el piano y se encerraba en su cuarto, solo, "dejadme, que estoy tocando" y tocaba, todo el día. "Ese niño tiene que grabar algo", deseaba Eugenia, la madre de María, la que me iba diciendo: "La Perrata es la madre de Juan y de Pedro, el padre de David".
Le escribo a Eugenia: "Viene David a Mérida". Y me responde: "Ahora va con un repertorio precioso, sólo a piano, es muy íntimo. No sé si lo hará en Mérida, pero es una preciosidad de disco, que lo grabó en directo y estuvimos allí. También está haciendo conciertos para celebrar los veinticinco años de Orobroy, veremos por dónde tira". Eugenia escribe así y escribe, también, en un correcto andaluz.
David, al que yo llevo llamando David desde antes de que se hiciera famoso (y no nos hemos visto en la vida, pero acabo de comprar las entradas para su concierto), no es conocido como David. Porque resultó que sí, que sacó un disco y el disco tenía una canción, que se llamaba Orobroy y de pronto comenzamos a escucharla por todas partes y a tararear los primeros acordes: nananá-nanananá y a cantar, porque nos lo aprendimos: Bus junelo a purí golí e men arate / Sos guillabela duquelando palal gres e berrochí / Prejenelo a Undebé sos bué men orchí callí / Ta andiar diñelo andoba suetí tujis pre alangarí". El disco lo firmaba Dorantes y la letra la compuso Pedro Peña.
Cuando estaba vivo, mi amiga María escribió: "Acaban de darle un homenaje a mi tío Pedro, que es el gitano más importante que conozco. Hay que ser muy sabio para ser maestro de escuela y llevarse a los alumnos a casa para que conozcan el hogar de un gitano. Eso es saber cambiar el mundo. Y eso es lo que siempre he admirado de él. Formar parte de un río milenario cargado de compás no es suficiente. Ser el timón de una casa y un apellido y una familia como la suya, tampoco. Necesario casi como el aliento le ha sido siempre compartir la belleza de una sangre y un pueblo y en eso no ha podido ser más generoso. Cualquiera que se haya arrimado a este sabio maestro de escuela ha acabado cautivo de su gitanería y de sus enseñanzas siempre humildes y fascinantes".
Su tío Pedro es Pedro Peña. Pedro Peña, gitano, maestro'escuela, padre de Pedro María Peña, padre de David Dorantes, marido de la Doña, de Antonia Dorantes, hermano de Juan el Lebrijano, guitarrista, educador, hacedor de letras, el Orobroy de Dorantes es suyo, hijo de Bernardo, hijo de María la Perrata, con qué fuerza cantaba María La Perrata. Su guitarra está en discos de Antonio Mairena, Sordera, la Tía Anica la Piriñaca o la Niña de los Peines y el Terremoto de Jerez.
Pero, sobre todo, siempre que pienso en Pedro Peña pienso: qué bien escribía este hombre. Y quiero que lean despacito un poema que le dedicó a su mujer cuando murió que es una preciosidad.
Parece que fue ayer… cuando, sentados
sobre aquel viejo banco en la alameda,
cogí tus largas trenzas entre mis manos
y, en voz baja, te dije: yo te quiero.
Aturdida, contestaste tú: “las cosas”,
en vez del yo también que te brillaba
gritando en la pupila de tus ojos.
Parece que fue ayer… y, sin embargo,
lleva ya medio siglo navegando
nuestro barco de amor, entre las olas,
de la mar procelosa de la vida.
Yo, marinero tosco y barullero,
tú, al timón muy paciente y decidida
salvando con destreza los naufragios.
Parece que fue ayer… y han sido miles
los momentos felices y de gloria.
Hoy, cinco hermosos soles relucientes,
junto a nueve luceros nos alumbran
desde este cielo que hemos hecho juntos.
Parece que fue ayer… y, ya tú ves,
querida Doña mía, lo que pasa
cuando al decirte aquel primer te quiero,
tú dijiste aquella frase tuya de:
“las cosas”.
No puedo leer este poema sin llorar. La letra de Orobroy, decía: "Cuando escucho la vieja voz de mi sangre / Que canta y llora recordando pasados siglos de horror / Siento a Dios que perfuma mi alma / Y en el mundo voy sembrando rosas en vez de dolor".
Dorantes va a participar en el Festival Flamenco Universal, el 23 de noviembre. La programación comienza el 25 de octubre con un concierto exclusivo. Viene Esperanza Fernández a celebrar sus 40 años y, como en toda celebración, no faltan los amigos: Farruquito, Jesús Méndez, Miguel A. Cortés, Rosario La Tremendita y Kiki Morente. Será el único de los conciertos que se lleve a cabo en el Palacio de Congresos de Mérida, a partir de las 21:00 horas. ¿Han escuchado a La Tremendita? "Tiene un flow tocando...", dice María, que es mi gurú flamenco: "Tiene una de las mejores bandas de España. Creo mucho en su música y en su talento y en su manera de hacer las cosas". Hace desde cantes antiguos a modernos y está preparando un disco con La Kaíta: "Canta totalmente ancestral". Lo sé, le digo: La Kaíta es una institución y la hemos oído cantar muchas veces con toda esa fuerza y ese oro en la garganta.
Esperanza Fernández celebra 40 años en la música en los que ha hecho de todo: desde cantar con Enrique Morente en el mítico espectáculo "A oscuras" hasta que la invitara a cantar Yehudi Menuhin junto a Noa y Miriam Makeba. "Me ha costado mucho trabajo estar donde estoy, ser la Esperanza Fernández que soy, y lo llevo con orgullo", decía en Expoflamenco. Y también (la eterna historia): "El flamenco es del mundo, y suerte que sea así. Encontrarte fuera de España un teatro lleno es maravilloso. Eso es porque respetan lo que hacemos, porque les gusta. Y aunque no haya un ole a tiempo, los silencios también son importantes. ¿Que si siento más reconocimiento fuera que dentro? Me voy a mojar: sí".
Leo hablar a Esperanza Fernández y me acuerdo de lo que me dijo María Pagés: la danza tiene prestigio y es alta cultura porque nació en los salones de los ricos y el baile flamenco no, porque nació en la calle de gente pobre. Teniendo en cuenta que a los ricos no los vamos ni a rozar nunca, lo mismo hay que comenzar a hablar de alta cultura en otros términos: Camarón, La Paquera de Jerez, Enrique Morente, el Agujetas, Carmen Linares, Esperanza Fernández, María Pagés.
Camarón, decíamos. Recibió un homenaje ayer. Su mujer, La Chispa, Dolores Montoya, decía que "el cantar por su padre, para mis niños... Los pobres se vienen un poco abajo porque siempre los comparan y eso es imposible". No son profesionales, "pero tienen un pellizquito...". Vinieron Luis y Rocío Monge y hablaron de su padre, de su respeto. No los comparen. Imaginen que, como existió Camarón, no hubiera habido un Miguel de Tena: como existió Paco de Lucia, no toca Miguel Vargas. Cada persona, pienso, ofrece al mundo su arte único, y si lo hacen con criterio, honestidad y respeto, para qué hacer de menos. Como Paco toca Paco, como Miguel toca Miguel y qué bien que existan Paco y Miguel y escucharles y quererles. La familia de Camarón llega el 8 de noviembre con "Capitán de mis sueños" y un día después María Terremoto y el 16 Joni Jiménez nos presenta "Abrazados, sueño y tiempo", acompañado por artistas como David de la Jacoba, Montse Cortés, Antonio Losada y Kelian Jiménez.
La Terremoto no tiene ni treinta años (de hecho, le faltan unos cuantos) y se ha hecho un nombre prestigioso. Hija y nieta de dos Fernandos Terremotos, dijo en TVE: "La mujeres siempre han estado a la sombra y ha habido grandísimas cantaoras gitanas que no salieron porque sus maridos no las dejaban, o tenían que cuidar de sus hijos o llevar su casa para adelante. Pero creo que ahora la mujer gitana y en general la mujer, hemos cogido un rol muy importante en la música y en el flamenco, que estamos dando guerra".
Joni Jiménez también viene de familia de raza, con Rafael Farina, Ángel Jiménez y Vargas Araceli a la cabeza. Ha tocado con Ramón el Portugués, el Guadiana, Arcángel, Miguel el Rubio o Israel Fernández. Nos está dando grandes cosas. Escuchen "Flamenco Guitar", que ha salido este año y elévense. "Yo me considero un guitarrista de Caño Roto. Cada sitio da su forma y su manera de tocar, su sonido. Caño Roto tiene una manera especial que lo hace diferente: se preocupan mucho por la colocación y el sonido; tienen la escuela de Paco de Lucía, pero es que además de dar clases yo también tengo y he tenido la suerte de compartir trabajo, espectáculos, conciertos, vida, al fin y al cabo, con todos ellos y eso me ha aportado muchísimo", le decía el año pasado en El Periódico Extremadura a la Palop. María Isabel Rodríguez Palop tituló esa entrevista: "Yo aún no he despegado".
Pero ya sí. Qué gustazo tener en Mérida a estos artistas en noviembre, que nos den calorcito