Este domingo bajaba el telón imaginario el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Un referente nacional también en este tiempo de pandemia en el que hemos podido reír y emocionarnos a partes iguales.
Hemos pasado del mundo de 'Los Dioses y Dios' de El Brujo al Egipto de 'Antonio y Cleopatra'. Hemos recorrido el 'Mercado de Amores' de Rodas y disfrutado del circo ambulante de 'Golfus de Roma'. Hemos conocido también a 'Hipatia de Alejandría' y a 'Las Suplicantes', que pusieron anoche el broche de oro a la 67 edición.
Han sido muchos los llenos que ha cosechado el Festival en esta edición. Aunque eso sí, en la recaudación se notarán las reducciones de aforo que este año han sido del 72% debido a la pandemia. Pero para el director del Festival, lo importante es que todo se ha desarrollado con normalidad: "Ya teníamos la experiencia del año pasado y hemos cumplido todos los protocolos de seguridad frente al covid", ha destacado Jesús Cimarro.
El productor teatral reconoce que pasar por Mérida aporta un sello de prestigio a cualquier obra. Un reconocimiento muy merecido para las compañías extremeñas: "están en lugares donde antes no estaban, en los grandes festivales de España y a la altura de cualquier espectáculo internacional", reconoce Cimarro.