El problema del posible deterioro del Teatro Romano de Mérida no viene por el número de conciertos o actuaciones que se celebren en él, sino del volumen que alcance la música en ellos. Es el principal resultado del estudio encargado por el Ministerio, la Junta, la Diputación de Badajoz, el ayuntamiento de Mérida y el Consorcio de la Ciudad Monumental. Lo encargaron a principios de año para conocer si el uso que se le estaba dando al monumento le podría estar perjudicando. Una de las principales conclusiones, conocidas en la tarde de este lunes, es que siempre que no se pase de 100 decibelios el monumento no sufre ningún tipo de daño.
Además del volumen, el texto especifica otras características técnicas que se deben tener en cuenta. "La presión sonora a 100 dB sin ponderar, utilizando un arreglo cardioide y desolidarizando los elementos vibrátiles mediante silentbloks de apoyo de al menos 30 milímetros de espesor, no produce vibraciones significativas en el frente escénico del Teatro Romano de Mérida". Unos límites que se han incluido en el reglamento de usos del Teatro y que a lo largo de la semana se publicará en el DOE. Será la configuración técnica que se va a exigir a partir de ahora para que "tengamos todos la tranquilidad absoluta de que al monumento no le pasa absolutamente nada", asegura el director del Consorcio de la Ciudad Monumental, Félix Palma.
Los 100 dB no se suelen superar
El límite de 100 decibelios no se suele superar en las actuaciones y conciertos que se celebran en el Teatro Romano. En la En la pasada edición del Stone and Music sólo se pasó de esa cifra durante unos segundos en uno de los conciertos, el de Robe Iniesta. A partir de ahora se va a ser más exigente con las características técnicas que se deben cumplir. "Obligar por ley, en el caso de esta normativa, cuál es esa configuración que debe de tener esa música, independientemente de que el cantante sea uno o el cantante sea otro, las exigencias y los requisitos que deben de presentar para que el Consorcio autorice esos conciertos", asegura Palma.
Sin alcohol en los conciertos
También se limitará el peso de las estructuras que se pueden montar. La capacidad de carga para la instalación del puente de contra y focos no podrá superar los 1.200 kilogramos. Además, la nueva normativa va a prohibir las barras y el consumo de alcohol durante los conciertos. Unas barras que sí seguirán activas durante el Festival de Teatro Clásico.