Ser visible es una forma de resignificar los espacios, los cuerpos, las vivencias, las lecturas de uno mismo y las lecturas sociales
Las visibilidades implican valentía. "Le tiraron al suelo y le patearon", describen desde Naizen (la asociación de familias de menores trans en Navarra y Euskadi) la agresión tránsfoba que sufrió un niño de once años. Las mujeres trans pusieron los cuerpos antes que nadie en los albores del movimiento LGBTIQ+ que, como recordó una vez el profesor Herrero Brasas, se dio en Estados Unidos porque en Europa (al menos en nuestra Europa) nos tocamos más.
Hace un tiempo, Fundación Triángulo Extremadura realizó una serie de vídeos sobre personas trans, mayores y menores de edad (aunque en el caso de los menores salen sus padres, sobre todo: sus madres, más bien) llamada #TRANSrealidades. En ellos Ana Belén Bermejo recuerda que su hija Carla dice que los médicos se equivocaron cuando nació. "No es lo mismo estar en un cole con niños más pequeños que en un instituto, que el nivel de tolerancia de los adolescentes es distinto".
La veo más feliz, dice.
Lo mismo dice Ana Pastor, la madre de Elsa. Que es más feliz.
Con una tribu todo es más fácil.
Llega un día en que todos te ven.
El Día Internacional de la Memoria Trans (Trans Day of Remembrance (TDoR) en inglés) se celebra el 20 de noviembre, pero está dedicado a recordar a quienes mataron. A quienes fueron víctimas de la transfobia. El Día Internacional de la Visibilidad Transgénero es una conmemoración que tiene lugar el 31 de marzo, dedicada a la celebración de los vivos. Lo creó la activista de Michigan Rachel Crandall en 2009 para reconocer a quienes siguen aquí. A quienes salen a la calle, como Pau, Hugo, África, Carla, Clara, Leo Arán, Jhota, Alaine, Elsa.
Para presentar el libro "Historia de lo trans", de Susan Stryker, la editorial 'Continta me tienes' plantea muchas preguntas: ¿Cuándo y cómo se crea el término transexual? ¿Cómo se hace la memoria de las personas trans?, ¿Qué líderes impulsaron otras maneras de entender las transgresiones de género?, ¿Qué retos sociales se plantean gracias a las vivencias de las personas trans y su activismo?
¿Qué ocurre en nuestra región?
Se trabaja. Desde hace mucho. Se trabaja para dar respuestas, desde las administraciones y desde el asociacionismo, desde que surgiera De par en par y luego llegara Triángulo con su Punto de Atención. El debate ahora se centra en la Ley Trans, que se está negociando actualmente (también con responsables extremeños) y que está suscitando muchísima respuesta en redes y un escenario de campo de batalla entre dos concepciones distintas de lo que implica la identidad de género: una que tiene su nacimiento en las ideas de ultraderecha (recuerden el autobús naranja de Hazte oír, recuerden a Janice Raymond) y otra que se basa en las declaraciones de Naciones Unidas recogidas en los Principios de Yogyakarta, que dicen: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos.
Todos los derechos humanos son universales, complementarios, indivisibles e interdependientes. La orientación sexual y la identidad de género son esenciales para la dignidad y la humanidad de toda persona y no deben ser motivo de discriminación o abuso".
Y siguen diciendo: "Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos basadas en la orientación sexual o la identidad de género reales o percibidas de las personas constituyen un patrón global y arraigado que es motivo de seria preocupación. Entre estas violaciones se encuentran los asesinatos extrajudiciales, la tortura y los malos tratos, las agresiones sexuales y las violaciones, las injerencias en la privacidad, las detenciones arbitrarias, la negación de empleo o de oportunidades educativas, así como una grave discriminación en el goce de
otros derechos humanos. Estas violaciones a menudo se ven agravadas por la vivencia de otras formas de violencia, odio, discriminación y exclusión, como aquellas basadas en la raza, la edad, la religión, la discapacidad o la condición económica, social o de otra índole".
Son principios: es decir, no son un tratado vinculante. Lo han elaborado 16 expertos en derecho internacional de los derechos humanos de diversos países. Fue en 2006. Pretenden que los estados lo adopten, pero algunos no están de acuerdo. Quizá por lo que los mismos principios establecen en su preámbulo: que muchos estados y sociedades "imponen a las personas normas relativas a la orientación sexual y la identidad de género a través de las costumbres, las leyes y la violencia, y procuran controlar cómo las personas viven sus relaciones personales y cómo se definen a sí mismas".
El 85 por ciento de las personas trans está en situación de desempleo.
La sexualidad, sobre todo para las mujeres (sean trans o no) siempre ha sido una forma de control. Ese control siempre implica castigos: el 85 por ciento de las personas trans está en situación de desempleo. Del desempleo a la exclusión social hay una línea fina. Un carnet de identidad con un nombre real arregla esto en la mayoría de los casos. Un nombre consigue que a uno, a una, a une, le vean.
Ser visible es una forma de resignificar los espacios, los cuerpos, las vivencias, las lecturas de uno mismo y las lecturas sociales: en el colegio, los institutos, la formación profesional, las casas, los pisos de estudiantes, los centros de salud, los hospitales, los restaurantes, los polideportivos, las pasarelas, las empresas, las cátedras universitarias y las calles. También los medios de comunicación, las redes, las imágenes.
Y de conmemorar un día que celebra a los vivos.