Así eran las pequeñas piezas de cerámica que elaboró la Confitería Gutiérrez.
El pasado mes de diciembre cerraba la empresa Confitería Gutiérrez. Se ponía así fin a cerca de dos siglos en los que había endulzado la vida de varias generaciones en la capital extremeña. Ubicada en pleno centro de Mérida, en la Plaza de España, confeccionaba pasteles, dulces y golosinas de manera artesanal desde 1827. Uno de sus productos estrella eran sin duda los afamados caramelos de la Mártir Santa Eulalia, un producto al que desde Plena Inclusión Mérida quisieron rendir su particular homenaje en la primera Semana Santa en la que no se iba a poder disfrutar de ellos.
En concreto el taller de cerámica del centro elaboró varias piezas que diseminó el día 26 de marzo aleatoriamente por toda la ciudad con el fin de que fueran encontrados por los emeritenses. Iban envueltas con mensajes y hashtag de forma que pudiera agradecerse públicamente el hallazgo y darle difusión en las redes sociales. Para ello además contaron con cebos como nuestro compañero de Deportes José Antonio Reina o negocios locales.
La actividad se desarrolló de forma anónima hasta que unos días después se dió a conocer públicamente quién estaba detrás de ella. De hecho y debido a la alta demanda el taller las continúa elaborando.