El síndrome DRAVET afecta a uno de cada 16.000 nacimientos y la incidencia en Extremadura es de cinco menores.
Marina es una de las alumnas de la única aula abierta que existe en Plasencia. Estudia en el colegio Alfonso VIII, donde la dedicación de sus profesores es total, pero aun así necesitan refuerzo ya que las personas con Síndrome de Dravet precisan atención total las 24 horas.
"El año pasado solicitamos una enfermera, y se ha notado el cambio"
Lo saben muy bien sus padres. Apenas tenia meses de vida cuando sufrió su primera crisis.
"Empezó a presentar convulsiones, una cosa un poco rara que no sabíamos lo que estaba pasando"
A las crisis epilépticas hay que sumar el rechazo e intolerancia a numerosos medicamentos que pueden tener resultados fatales en personas como Marina, por eso es tan importante un diagnóstico temprano.
La clave esta en la investigación. El origen de la enfermedad ya está localizado: un fallo en un gen clave en la comunicación de las señales eléctricas en nuestro cerebro. Ahora se trata de buscar una cura o por lo menos un medicamento que mejore la vida de estos pacientes.