Tras el estallido de la guerra en Ucrania, son múltiples los actos de generosidad y ayuda de los extremeños hacia el pueblo ucraniano. Algunos de los refugiados que huyen del país ya se encuentran en nuestra región.
Es el caso de Olha, su hija Hanna y su nieto Artem, de solo 5 años. Llegaron el pasado lunes a Plasencia desde la ciudad de Zaporiyia. Sus maridos no han podido acompañarlas y se han tenido que quedar combatiendo en el frente contra el ejército ruso.
Les han acogido en su casa Viktoriia y Pavlo, unos amigos de la familia que llevan en Plasencia desde 2017. Aunque las mujeres agradecen la solidaridad de los extremeños, quieren un trabajo que les permita tener cierta independencia y autonomía. No quieren vivir de la caridad, sino contribuir en lo que puedan mientras se prolongue la situación en su país.
Son historias son parte del relato del sinsentido de una guerra que provoca el éxodo masivo de ucranianos por toda Europa.
Cómo y dónde puedo ayudar al pueblo ucraniano desde Extremadura