Esta empresa de arte sacro, talleres Granda, es considerada de las más importantes del mundo. Desde aquí exportan sus piezas a los cinco continentes y fue quién a mediados del siglo pasado elaboró la corona de la Virgen del Puerto. Una obra de valor incalculable, no solo económico por estar hecha de oro, de metales preciosos y gemas muy valiosas donadas por los propios vecinos, sino por su valor inmaterial.
Una técnica artística manual como ésta que ya no es recuperable. En Granda acaban de terminar una corona similar pero que no tiene, por ejemplo, el centenar de piedras preciosas que la de la Virgen del Puerto. A esto se suma el valor sentimental que tiene para Plasencia esta corona. La mejor noticia sería que pueda encontrarse cuanto antes porque, lamentablemente, en estos robos suelen fundir las piezas y queda destruida la obra de arte.