La localidad pacense de Alconchel revivirá su pasado árabe este próximo domingo, 14 de agosto, con la recreación histórica de La Zaragutía Mora. El mito o la tradición de esta celebración se remonta a los siglos XII-XV y surge en torno al Castillo de Miraflores, santo y seña de un enclave que habita una sombra espectral, la llamada Zaragutía Mora, figura fantasmagórica que vaga por las rocas de la fortaleza buscando a quienes quieran profanar el tesoro moro de la que es guardiana.
Novena edición
Se ha presentado este martes en rueda de prensa por el diputado provincial de Cultura y Deportes, Francisco Martos; la directora del Cemart, Toni Álvarez, y el alcalde de la localidad, Óscar Díaz. Para Martos, éste es un evento que resume ocio, cultura, economía e historia y que cuenta con la colaboración de la Diputación de Badajoz, además de añadir que, a la hora de hablar de esta recreación, le viene a la cabeza "que La Zaragutía es como la pedagoga de Alconchel, en lugar del espantajo o el coco".
Dice la leyenda que los niños y niñas que se portan mal se les puede aparecer La Zaragutía, una costumbre que es utilizada todavía hoy por los padres como reprimenda a sus hijos, significándose como una figura que inunda su alma entre el pueblo y sus habitantes.
Zaragutía Mora
En realidad, la zaragutía es una planta maloliente que crece en los roquedos, como en las laderas del castillo, pero que en esta fiesta se convierte en figura femenina cristiana en su relación de amor y guerra con un musulmán, ha informado la Diputación de Badajoz en nota de prensa. Esta leyenda, según ha recordado el alcalde de la localidad, Óscar Díaz, se representa cada verano desde el año 2012. Nació por la iniciativa del ayuntamiento, dando forma al evento más exitoso que realiza Alconchel.
Apoyada por la implicación del vecindario y las asociaciones, esta fiesta bucea en el pasado histórico, destacando la ruta nocturna donde se suceden representaciones de este 'espectro', así como charlas de historia, actuaciones y recreaciones no solo en el Castillo, también en el casco antiguo de la Villa.