"Que llueva, que llueva
la Virgen de la Cueva
los pajaritos cantan
las nubes se levantan.
Que sí, que no,
que caiga un chaparron
con azúcar y turrón,
que rompan los cristales de la estación"
Seguro que la has cantado más de una vez. Y los pequeños de la casa también. Es una de las canciones infantiles más populares y sus versos fueron compuestos a finales del siglo XIX, por Carmen Chacón Villarejo, poetisa de Puebla de Alcócer. Un poema inspirado en una imagen real, que no sólo existe, sino que se encuentra en Extremadura. Concretamente en la ermita de La Virgen de la Cueva de Esparragosa de Lares. Un lugar privilegiado de la comarca de La Siberia, enclavado en plena roca y con unas vistas imponentes al embalse de La Serena.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su construcción, como santuario es catalogado y descrito por Madoz en su Diccionario Geográfico y Estadístico: “Está sito en la cúspide de la sierra, en su vertiente meridional, colgado de la más dura roca, cual nido de águila" y es que efectivamente hasta 315 escalones hay que subir para alcanzar la cúspide de la sierra, a 679 metros de altitud, tras la conocida como senda de Los Embalses. Un esfuerzo más que compensado con la panorámica de final del camino.
En el interior del templo, compuesto por dos cuerpos y una sacristía, en un retablo barroco, encontramos la talla de madera de la Virgen, figura que suple a la original, desaparecida durante la Guerra Civil.
A los pies del oratorio y levantada por la Orden de Alcántara, la Casa del Santero, en su día residencia del encargado de custodiar a la patrona de Esparragosa y que servía tambien como refugio de peregrinos. Un edificio que se recuperó en el año 2000 y se utiliza desde entoncer para actividades de culto y devoción.
La Virgen de la Cueva sigue ocupando un lugar importantísimo en la vida de Esparragosa de Lares y localidades cercanas. Custodia la imagen una hermandad que lleva su nombre, a la que pertenecen gran parte del pueblo, en torno a ella se celebran las fiestas patronales y tiene concedido a perpetuidad el Título de Alcaldesa Honorífica.