Las hogueras continúan siendo símbolo de fiesta, diversión y tradición en las noches de enero de muchos pueblos extremeños. Anoche fue el turno de las Mascarrás de San Vicente de Alcántara. Un rito que mezcla lo pagano, lo cristiano y hasta el romanticismo.
"Si tiznabas a una mujer y te devolvía el mascarrón, eso era señal de que había feeling entre los dos, era la declaración pública de amor", nos cuentan los vecinos.
Un juego que probablemente nació como fiesta cristiana, con el martirio de San Vicente. Y que sustituyó al culto al fuego pagano. Fuera como fuera, concurso de hogueras incluido, la noche del 21 de enero es símbolo de fiesta en la localidad pacense.