Este 5 de agosto es un aniversario triste para Extremadura. Se complen 7 años del mayor incendio que ha asolado nuestra región, el de Sierra de Gata. Arrasó 8237 hectáreas, el 6% del territorio de la comarca y estuvo un mes activo. Hasta el 4 de septiembre de 2015 no se dió por extinguido. Los continuos cambios en la dirección del viento, la longitud de las llamas o la condensación de humo fueron aliados del l fuego y enemigos de la vida.
Un incendio que obligó a evacuar a unas 1.500 personas en Acebo, Hoyos y Perales del Puerto... 8 de los 19 municipios de la comarca se vieron afectados por las llamas.
Una tragedia en la que hubo también espacio para la solidaridad. Los medios de extinción extremeños contaron con ayuda de efectivos llegados desde Andalucía, Castilla y León y Portugal. La localidad de Moraleja, a la que apenas unos metros la separaron de arder, se volcó con los vecinos obligados a abandonar temporalmente sus casas; la Federación de Municipios extremeña ofreció apoyo para los afectados, desde asesoramiento a medios materiales y tecnológicos e incluso en internet se planteó que ese año, la celebración del Día de Extremadura se trasladara al norte extremeño.
Tras las llamas, tocó levantarse y reflexionar sobre una nueva gestión forestal articulada a través del proyecto MOSAICO. Una iniciativa que agrupaba a municipios, asociaciones e instutuciones y que conllevaba actividades agrícolas, ganaderas y forestales, en el objetivo de recuperar un paisaje diverso y de menor riesgo.
Un compromiso sellado con una cicatriz que recuerda lo que no deseamos que vuelva a suceder jamás.