Vestidos de época decenas de personas han participado el recreación histórica que recuerda la llegada de Carlos V a Jarandilla de la Vera hace hoy 465 años. La comitiva ha celebrado la llegada del monarca con fuegos artificiales y le ha acompañado hasta el parador, una mansión señorial en la época. Enfermo, cansado y completamente desdentado, el rey del 'viejo mundo' decidió abandonar los asuntos del imperio en busca de su particular descanso del guerrero.
Un mosquito mató a hombre más poderoso de Europa
A finales de septiembre de 1556 desembarca en Laredo para atravesar de norte a sur Castilla y León, cruzando Burgos, Valladoliz, Salamanca y Ávila, hasta llegar a Extremadura. La comitiva real entra por Tornavacas y pasa por varios pueblos del Jerte, para descansar en el palacio de los condes de Oropesa, en Jarandilla de La Vera, el 14 de noviembre. El monarca permaneció aquí durante tres meses a la espera de que terminasen los trabajos en el por entonces pequeños monasterio jerónimo de Cuacos de Yuste, que mandó acomodar como su hogar de Gante. Ordenó, incluso, abrir un paso directo de su alcoba a la basílica y, así, poder escuchar misa sin salir de la cama.
Gota, hipertensión, diabetes, amigdalitis, hemorroides... La salud era el punto débil del gran emperador de la época. Pero lo que acabó con su vida fue algo mucho más pequeño. Año y medio después de su llegada murió de paludismo. Uno de los mosquitos de su estanque mató al hombre más poderos de la época.