Montehermoso vive este jueves su día grande. Tras un año de parón por la pandemia, la localidad cacereña recupera su fiesta de interés turístico regional 'Los Negritos de San Blas'. Una celebración en la que un grupo de diez hombres, tiznados de negro, recorren las calles del pueblo danzando al son del tamborilero. Lo hacen en honor al santo.
La fiesta arranca desde primera hora de la mañana en la casa del mayordomo. Allí se degustan dulces típicos y aguardiente para iniciar una jornada por todo lo alto. Después, danzando, los Negritos, el tamborilero y el palotero acuden a la iglesia a por el cura y protagonizan el pasacalles y las floreadas (la música típica de este evento).
"Hay que vivirlo y nacer para ello"
Más tarde, se celebra la tradicional misa y a continuación se sigue con la fiesta; este año en una plaza más amplia para evitar contagios, tal y como nos ha contado Millán, el tamborilero que lleva 40 años participando en esta fiesta: "Hay que vivirlo y nacer para ello".
Orígenes
Los orígenes de esta fiesta se remontan al siglo XVI. Según cuenta la leyenda, había una familia muy humilde, que tenía varios hermanos y cada año, coincidiendo con la festividad de San Blas, acudían al pueblo a pedir limosna a cambio de interpretar danzas. Una vez agotaron su repertorio, según la misma leyenda, decidieron tiznarse la cara con corcha quemada para volver a la localidad y no ser reconocidos por sus vecinos.
La fiesta de los Negritos de San Blas fue declarada de Interés Turístico Regional en 2006. Fiesta donde siempre hay una gran afluencia de montehermoseños y visitantes.
