Es una tradición con 50 años de historia. Cada agosto, los vecinos de Belén, una pedanía de Trujillo, sacan por sus calles al toro de fuego. Todo un espectáculo en el que llevan a hombros la figura de un toro que expulsa pirotecnia.
Este año el ayuntamiento de Trujillo lo ha considerado peligroso, al estar en riesgo muy alto de incendios, y ha decidido que no se celebre. Por lo tanto, ni ayer, ni esta noche, veremos al toro del fuego por las calles de Belén.
Una decisión que no ha gustado a muchos vecinos.