Larga vida la de los pueblos que acumulan en sus tejados descoloridos los soles de cada día... y para que no falte el color, sus mujeres tejen con sus vidas el material que contaminaría tirado en cualquier parte.
El plástico también con larga vida, vuelve a tener un objetivo, se convierte en un elemento bonito, que da sombra a la calles y a esas mujeres que sonríen con sus luces y sombras. Incluso incorporan lonas plásticas publicitarias que incluso han adornado la Gran Vía de Madrid, cordones de algodón reciclados de Alicante o redes de pesca que llegan de San Sebastián.
Transformar elementos sencillos y efímeros, pero tan necesarios para el día a día, es lo que han hecho estas miradas centradas ahora en el ganchillo. Quizá poco valoradas, pero que ven ahora su trabajo en lo más alto. Tienes que mirar hacia arriba para verlas, no solo están a ras del suelo.
Y las que tienen más edad, dan la mano a las jóvenes, y su iniciativa pone a Valverde de la Vera en el punto de mira. Porque al final, todos somos iguales donde estemos, mujeres, hombres, niños y mayores.