El 11 de marzo de 2020 se produjo el primer fallecimiento por covid-19 en Extremadura. Claudia, una mujer de 59 años, de Arroyo de la Luz, perdió la vida en la UCI del hospital San Pedro de Alcántara. Había formado parte de un viaje a Sevilla organizado en su pueblo donde presuntamente se produjo el contagio. Junto al suyo se produjo una cadena de contagios y fallecimientos que acabó con el confinamiento social de Arroyo de la Luz. Desde entonces, la pandemia nos ha dejado más de 1.700 muertes en la región.
Picos de fallecidos
Tras esta primera muerte, la primera ola fue dejando más fallecidos en la región, alcanzando el pico máximo el 7 de abril, con 30 decesos. 15 días más tarde fallecía la víctima más joven hasta ahora, una mujer de 27 años de Badajoz. El 21 de junio, con la vuelta a la nueva normalidad, el virus ya se había cobrado la vida de 519 extremeños. Tras el confinamiento, el verano dio una tregua, tanto en el número de contagios como en el número de fallecimientos. Pero en otoño llegó la segunda ola.
Dimos el máximo de fallecidos en ese período el 12 de noviembre, con 15 decesos. La barrera psicológica de los mil muertos la superamos el pasado 10 de diciembre. Sin embargo, lo más duro de desde que llegó el virus ha sido el invierno. El 6 de enero, Extremadura notificó 11 fallecidos por covid-19, y desde ese momento, las cifras tomaron una curva ascendente, hasta llegar al 27 de enero con 31 muertes, el pico más alto en toda la pandemia. Solo del 6 de enero al 6 de febrero hubo 480 fallecidos.
Un año después
365 después del primer fallecimiento por covid-19 en Extremadura, el virus ha dejado más de 1700 vidas perdidas. De ellas, casi 800 en residencias.
Homenaje a Claudia, primera víctima mortal por Covid-19 en Extremadura