Parasoles gigantes decoran las calles de Valverde de la Vera durante el verano desde hace nueve años. Por el día alivian y protegen del calor, y por la noche, y como novedad este año, llevan instalados unas luces que iluminan el camino hacia la plaza, lugar de encuentro de los vecinos.
Son ellos los que realizan el trabajo, ya que la cooperación vecinal es uno de los objetivos de este proyecto. Así lo asegura Marina Fernández, arquitecta local, que presentó varias iniciativas en las que se trabajara de forma conjunta. 'Tejiendo la calle' fue la elegida y al abrir la convocatoria muchas mujeres "se involucraron desde el primer momento".
También la concienciación con el medio ambiente es una de las metas de este proyecto. Para ello, se reutilizan bolsas de la compra o de basura, que los vecinos transforman en largas tiras. Después las tejen hasta crear los parasoles.
Los parasoles de ganchillo protegen del calor y sirven de guía lumínica hacia la plaza
El tradicional ganchillo es la técnica empleada y los diseños corren a cargo de las creadoras. Algunas ya conocían la labor, aunque reconocen que ésta más complicada que con el hilo o la lana porque el material "es más duro y se trabaja peor". Otras reconocen haber aprendido a hacer ganchillo gracias a la iniciativa.
El resultado de este trabajo quedará en la memoria de vecinos y turistas, que además de disfrutar en vivo de los parasoles durante el verano, pueden verlos también en un libro que comparte título con el proyecto: 'Tejiendo las calles'.