Calor, mucho calor. Es verano y no nos queda otra que acostumbrarnos a las temperaturas elevadas que nos dificultan, incluso, conciliar correctamente el sueño durante la noche y es que a partir de los 22 grados nuestro cerebro se sobre calienta, según ha explicado el catedrático de psiquiatría Francisco Vaz. "Es lo mismo que muchos aparatos que se sobre calientan con el uso y se desconectan... pues nuestro cerebro por encima de esa temperatura tiene dificultad para mantener ese equilibrio que conduce al sueño", ha dicho Vaz.
"Si no podemos dormir lo mejor es salir de la cama y dedicarse a hacer otra actividad a la espera de que tengamos sueño."
También la melatonina influye en nuestros problemas de sueño. Es fundamental para inducirlo, pero debido a que ahora hay más horas de luz, la liberamos más de lo habitual. Además, dormir con la ventana abierta tampoco es muy buena idea ya que, según ha confirmado el catedrático en psiquiatría, hace "que el nivel de ruidos en el dormitorio sea mucho más alto que el que tenemos en condiciones normales."
La solución más empleada para evitar las temperaturas elevadas durante la noche es el uso del aparato de aire acondicionado, pero si no se dispone de él en casa o no le gusta enchufarlo toda la noche puede tratar de alcanzar el sueño cambiando de dormitorio, evitando los ruidos y dándose una ducha fría antes de irse a la cama. Unos consejos que nos da Francisco Vaz quien también nos recomienda que "si no podemos dormir lo mejor es salir de la cama y dedicarse a hacer otra actividad a la espera de que tengamos sueño."
Si no logramos dormir tras el cambio, no pasa nada. Nos recuerda que esas pérdidas de sueño pueden ser compensadas al día siguiente con una pequeña siesta de 30 minutos.