La localidad cacereña de Montánchez presume de su producto estrella: el ibérico.
A esta hora disfrutan de las degustaciones en la carpa, donde lo más demandado es el jamón y el vino de pitarra, también muy típico de aquí.
Dicen los entendidos que la altitud del pueblo es clave para la curación del jamón y para que todos los derivados de la matanza tengan ese sabor y ese aroma tan especiales.
Los más pequeños han aprendido cómo se elaboran los embutidos.
Y para bajar la comida, una charanga animará a bailar.