Fue uno de los peores incendios de este verano. El fuego de Casas de Miravete calcinó más de 3.000 hectáreas. Y el paisaje que dejó, una enorme mancha negra a un lado y a otro del puerto.
Acorraló a los pueblos del entorno y quemó casi 500 hectáreas dentro del Parque Nacional de Monfragüe.
Han pasado cuatro meses y siguen los trabajos para recuperar el monte tras el fuego. Esta mañana han plantado nuevos árboles, de especies autóctonas: pinos y fresnos.
Cerca de sesenta vecinos han participado en la actividad.