¿Cómo explicar lo que ha sido la Copa del Mundo de Escalada de Madrid? Es difícil poder resumir todo lo vivido en Alcobendas en un evento del máximo nivel que esperaba con los brazos abiertos a la estrella española de la escalada, Alberto Ginés, así que quizá, lo mejor, sea ir al principio, a la calurosa mañana del viernes cuando el propio Alberto Ginés inauguraba la representación extremeña.
Eran poco más de las 9 de la mañana y ya había bastante gente y, sobre todo, afición extremeña ya entregada a su ídolo que iniciaba la competición con un aplaudido top que daba buen presagio de lo que iba a pasar.

El cacereño no había faltado a las finales de las otras 4 copas del Mundo y demostraba que en la de Madrid no iba a ser distinto. Máxima puntuación en la primera vía y, aunque sin lograr dominar la última presa, gran segunda ascensión que le permitía pasar a semifinales como primero.
Así que tocaba descansar, preparar la competición de la noche y, al resto, echarnos crema para aguantar el fuerte calor. Y es que el ambiente y la afluencia de público obligaba a volver pronto al recinto ferial de Alcobendas para no perderse detalle. Desde un par de horas antes del inicio de la final, el público ya empezaba a abarrotar el asfalto mientras se cruzaban con escaladores que no habían logrado pasar de la clasificatoria. Entre ellos, los extremeños, Javi Cano, Javi Paredes y Paula Traverso, con los que conversábamos mientras buscábamos un lugar en el que ver la competición.
El pronóstico para la semifinal era incierto, aunque la confianza era máxima y la temperatura, ambiente, no la metereológica, iba aumentando. Geila Maciá y Guille Peinado se llevaron los primeros ánimos destacados aunque quien levantó por primera vez al público fue Annie Sanders.
Su top fue el único de toda la semifinal y sirvió para encender a un público que esperaba el gran momento: la ascensión de Alberto Ginés...
El cacereño no decepcionó. Ginés se quedó a poco del top ante el delirio de la afición.
Acto seguido, Yoshida se lanzaba a por la última presa, no lo agarraba pero sumaba el plus que le metía en la final con la ventaja de ser primero. En la caída, daba el susto de la noche golpeándose violentamente contra una de las presas. El silencio se hizo entre el público mientras le atendían pero, afortunadamente, el japonés pudo competir el sábado en la deseada final para medirse a su rival en la general y el favorito del público.

Ya estamos en sábado. La emoción se va notando en el ambiente. Mientras todavía se puede, uno disfruta de esa pecualiridad de la escalada: la convivencia entre afición y la élite de este deporte. Entre el público te puedes cruzar con Flohé, Philipp Schenk o Jessica Pliz. Niños y niñas se echan fotos Camile Pouget y con Ichi Martínez... En el mismo espacio, como espectadores, te encuentras a la élite mundial que pasa de ser competidor a un aficionado más en la misma zona que el resto... pero no te puedes entretener.
La final masculina está a punto de comenzar. Se nota la tensión según avanza. Koneckny falla pronto. Collin Duffy y Dohyun Lee marcan el nivel por las medallas. La vía es dura. Es más una vía tensa, de saber leer y aguantar. El lance más complejo, en el que todos van cayendo. También Anraku y Suzuki. Tras los dos japoneses, llega el momento esperado.
La ascensión de Alberto Ginés. Su ágil escalada se ve con esa tensión, con esa complejidad que decíamos. El esfuerzo es constante pero el extremeño va superando las dificultades planteadas por los equipadores. En medio de la vía hay un movimiento dinámico, un salto que siempre te pone en vilo pero que supera con determinación. A medida que se acerca a la zona clave, el nerviosismo y los ánimos de la grada aumentan. Ginés agarra la presa que da medalla pero no logra tocar el oro.

¿Plata? ¿Bronce? ¿Seguirá siendo líder de la Copa del Mundo? Todo lo decide un Yoshida que, recuperado, cae una presa antes que Alberto Ginés y se quedará en el tercer cajón del pódium. Ese momento en el que la tensión cae y la euforia se desata celebrando una nueva medalla de plata.
A partir de ahí, todo es emoción y momentos emotivos. La familia de Alberto Ginés se acerca a la primera fila para no perderse como el extremeño se cuelga la plata. El saludo de su abuela desde lejos. La sonrisa inmensa que invade el rostro del padre y de la madre de Alberto. El orgullo de su novia, que recibe feliz el ramo de flores del éxito y se funde en un beso con él entre entrevista y entrevista. Y el momento más hermoso: el encuentro con toda la familia una vez que ha cumplido con todos los requirimientos. Por primera vez, Alberto Ginés puede abrazar a sus abuelos justo después de una gran medalla internacional.

Justo después de ese instante, nuestro campeón olímpico se acerca y habla con nosotros. Quería el oro pero está satisfecho y contento.
Con preguntas por hacer, pero con todavía mucha gente reclamándole, nos despedimos. Alberto sigue atendiendo a la organización y a sus fans. Se le cansado pero contento. Es feliz. Ha sido un fin de semana especial, suma su quinta medalla en cinco copas del Mundo y sigue líder de la general y lo ha podido gozar con su gente. Es momento de disfrutar.