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En su finca en La Siberia Extremeña, el conocido comunicador y hombre del campo extremeño, nos da su visión del mundo de la tauromaquia en el presente y lo que espera del futuro.
No solo familiares, amigos y autoridades que lo conocieron de cerca lloran la muerte de Guillermo Fernández Vara. También en la calle, los extremeños han expresado su pesar por la pérdida de quien fue presidente de la Junta durante tres legislaturas y vicepresidente del Senado. Pero si hay un lugar especialmente compungido, ese es Olivenza, su localidad natal.
Allí, donde nació un 6 de octubre de 1958, el dolor se mezcla con el recuerdo. “Hizo todo lo posible por Extremadura, trabajó mucho por mejorar la vida de los extremeños”, comentan vecinos que lo vieron crecer y que lo recuerdan como “un extremeño que luchó por su tierra, más allá de la política”.
La imagen que se repite es la de un hombre sencillo, cercano, que “se sentaba con los mayores a charlar, iba a los bares como cualquier otro”. El corazón de Olivenza sigue latiendo por él. “Una gran persona, un gran político y una pérdida muy grande”, resumen quienes lo sintieron como propio.
Banderas a media asta en el Ayuntamiento de Olivenza
En una emotiva carta dirigida a Guillermo Fernández Vara, los alumnos de la asignatura de Medicina Legal y Forense han comunicado su decisión de nombrarlo padrino de promoción, en reconocimiento a su labor como profesor y al impacto que ha tenido en su formación académica y personal.
La elección fue realizada por votación de toda la clase, que destaca en su mensaje el honor que ha supuesto tenerlo como docente. A pesar de que el tiempo compartido se limitó a una materia concreta, los estudiantes subrayan que cada clase dejó una huella profunda, no solo por los conocimientos impartidos, sino por las enseñanzas éticas y humanas que recibieron: "nos enseñaste a valorar la responsabilidad, la ética y el compromiso que implica ejercer la medicina".
En la carta, los alumnos elogian su capacidad para explicar conceptos complejos con claridad, su paciencia para resolver dudas y su habilidad para motivarles a dar lo mejor de sí mismos. “Tu manera de enseñar es inspiradora”, afirman, y añaden que su influencia va más allá del aula, marcando su visión del futuro profesional con entusiasmo y responsabilidad.
"Queremos que sepas que tu influencia va más allá de las clases; nos inspiraste a esforzarnos, a comprometernos con nuestra carrera y a visualizar el futuro profesional con entusiasmo y responsabilidad. Gracias por mostrarnos que la enseñanza puede marcar profundamente a quienes tienen la oportunidad de aprender de ella", señalan los alumnos en su misiva.
Y finalizan así: "Gracias, Guillermo, por tu dedicación, tu paciencia, tu profesionalidad y, sobre todo, por la calidez con la que siempre nos trataste. Gracias por dejarnos un legado de aprendizaje, de motivación y de entusiasmo que llevaremos con nosotros a lo largo de toda nuestra carrera profesional."
Despedida de sus alumnos de Medicina
Los Reyes han lamentado la muerte del expresidente de Extremadura Guillermo Fernández Vara, a quien se han referido como "un servidor público que hizo del diálogo su seña de identidad, defendiendo siempre sus ideas con convicción, pero desde la templanza y la moderación".
Así lo han expresado este domingo, destacado además "su entrega a Extremadura y a sus ciudadanos, también al conjunto de los españoles", al tiempo que han señalado su "profundo sentido de Estado y lealtad a la Constitución y a la Corona".
Asimismo, han enviado un mensaje de "cariño y afecto" a los familiares de Fernández Vara.
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Un viaje por lo mejor de la copla y el bolero, canciones de toda una vida acompañadas de entrevistas y visitas a nuestros oyentes.
Con Pilar Boyero.
Más allá de su trayectoria institucional, fue un hombre afable, dialogante y querido por miles de personas. Médico, padre, abuelo y extremeño de corazón, se ha ido demasiado pronto, dejando una huella profunda en quienes lo conocieron.
Guillermo Fernández Vara no fue solo presidente de la Junta de Extremadura durante tres legislaturas. Fue también una persona cercana, dialogante, profundamente humana. Nacido en Olivenza el 6 de octubre de 1958, su vida estuvo marcada por el compromiso con su tierra y por una forma de hacer política que ponía a las personas en el centro.
Médico forense por la Universidad de Córdoba y profesor en la de Valencia, Fernández Vara era católico, futbolero —del Barça y del Olivenza— y amante del senderismo, la lectura y los cantautores. “Me gusta Víctor Manuel”, decía con la sencillez que lo caracterizaba.
Estudió en los jesuitas de Villafranca de los Barros. Nieto de un fiscal e hijo de un magistrado del Tribunal Supremo, siempre llevó con orgullo sus raíces. Nunca superó la pérdida de su mejor amigo, una herida que lo acompañó en silencio.
Con María Luisa, su compañera de vida, fue padre de dos hijos, Teresa y Guillermo, y abuelo de Isabel, Teresa, y Ángel, a quienes adoraba. Las disfrutó, pero quería más tiempo con ellos. Se ha ido demasiado pronto, con 66 años, a punto de cumplir los 67.
En lo político, vivió intensamente. “Me levantaba temprano, con la cabeza llena de planes y preocupaciones. Soy incapaz de desconectar”, confesaba. Durante la pandemia, su teléfono se convirtió en un canal de emergencia más. “Es como el 113”, decía, atendiendo personalmente a ciudadanos que necesitaban ayuda.
Profundamente socialista, defendía la política como herramienta de transformación. “Cuando me están dando chutes de quimio, pienso en quien paga sus impuestos”, decía, reafirmando su compromiso con lo público incluso en los momentos más duros.
En la Asamblea, fue respetado por sus adversarios. “Nos hemos zurrado la banana, pero nunca hemos roto los puentes”, dijo sobre su relación con María Guardiola. Al dejar la dirección del PSOE extremeño, confesó: “Tengo ganas de vivir”.
Y aunque no quiso homenajes, dejó claro cuál era el mejor: “La foto mía que hay en muchas casas. Eso dice mucho más que tener una calle con mi nombre”.
Hoy, Extremadura despide no solo a un presidente, sino a un hombre bueno. Un extremeño que hizo de la cercanía su forma de estar en el mundo.
Guillermo Fernández Vara publicaba estas imágenes en mayo de 2023. Corresponden a una visita a Montehermoso durante la campaña electoral.
Guillermo Fernández Vara llegó a la política extremeña de la mano de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con quien fue consejero en tres ocasiones y a quien siempre reconoció como su maestro. En 2007, tomó el relevo al frente de la Presidencia de la Junta de Extremadura, iniciando una etapa marcada por el compromiso, la cercanía y la gestión pública.
Fue presidente en tres legislaturas: 2007–2011, 2015–2019 y 2019–2023. En ese tiempo, vivió momentos clave como la gestión de la pandemia, que asumió con entrega total. “Mi móvil es como el 113”, decía, atendiendo personalmente llamadas de ciudadanos en situaciones de emergencia. En 2011, perdió la presidencia tras la abstención de Izquierda Unida, pero la recuperó en 2015 y logró mayoría absoluta en 2019.
En las elecciones de mayo de 2023, luchó por un cuarto mandato, pero la alianza entre PP y Vox impidió su continuidad. Aun así, siguió liderando el PSOE extremeño hasta finales de ese año, mientras enfrentaba en silencio un nuevo reto: el cáncer de estómago con el que convivió durante dos años.
Fernández Vara fue profundamente socialista, combativo en asuntos nacionales y defensor de la política como herramienta de transformación. “Cuando me están dando chutes de quimio, pienso en quien paga sus impuestos”, dijo en una de sus últimas entrevistas, reafirmando su compromiso con lo público.
En la Asamblea de Extremadura, destacó por su carácter afable y su respeto hacia los adversarios políticos. “Nos hemos zurrado la banana, pero nunca hemos roto los puentes”, dijo en referencia a su relación con María Guardiola, presidenta actual de la Junta.
Su último cargo fue el de vicepresidente segundo del Senado. Al dejar la dirección del PSOE extremeño, confesó tener “muchas ganas de vivir”. Y vivió intensamente la política, siempre con la mirada puesta en Extremadura. “Lo mejor de ser presidente es el cariño”, solía decir.