La Policía Nacional ha encontrado esta mañana un cadáver y todo parece indicar que se trata de Pablo Sierra. Así lo aseguraba la Delegada del Gobierno y la propia Policía. El portavoz de la familia, Joaquín Armills prácticamente lo ha dado por hecho.
Uno de los perros que participaban en la batida ha sido quien ha localizado el rastro del cuerpo. Se encontraba en una rama en el agua, a unos seis metros de donde fue hallado el teléfono móvil del joven hace dos semanas y prácticamente flotando en el agua. Dos de los buzos de los GEO que participaban en el operativo han sacado el cadáver del río.
Durante estos últimos días, las labores de rastreo se habían centrado en el agua. Desde una barca de los GEO, un perro especializado en búsqueda de personas estuvo bordeando la orilla del Pico del Guadiana. También dos buzos han estado recorriendo el cauce del río aguas abajo, hasta el azud de la Granadilla, unos 14,5 kilómetros de trayecto. En estos días de búsqueda, además, la policía ha desplegado drones para la toma de imágenes aéreas.
El cadáver ha sido trasladado al Instituto de Medicina Legal para su identificación y para realizar la autopsia pertinente que establezca las causas de la muerte.
Más de dos semanas de búsqueda
Pablo Sierra desapareció durante la madrugada del jueves 2 al viernes 3 de diciembre. Su familia denunció la desaparición el viernes, y esa misma tarde se inició el operativo de búsqueda. Familiares y amigos distribuyeron fotos por la ciudad y a través de las redes sociales solicitando a los ciudadanos cualquier información relevante sobre el caso.
El hallazgo más importante se produjo el mismo viernes: un Guardia Civil fuera de servicio encontró el móvil de Pablo mientras paseaba a su perro por la orilla del Guadiana. Un móvil que, según adelantaron varios medios y confirmó el propio portavoz de la familia después, tenía manchas de sangre aunque "no estaba manchado de sangre como si hubiese habido una pelea" y su hallazgo "no implicaba que la sangre fuese reciente ni que fuese de Pablo".
Sin embargo, las numerosas batidas que se alargaron hasta el lunes por los dos márgenes del río y por distintas barrios como La Luneta, Los Colorines, las Cuestas de Orinaza, Suerte de Saavedra o el Fuerte de San Cristobal no dieron como resultado ninguna información relevante.
El martes se interrumpieron las batidas y la Policía Nacional se centró en dos frentes. Por un lado, patrullas de Seguridad Ciudadana seguían buscando el paradero del joven de 21 años, y por otro la Policía Judicial intentaba avanzar en la investigación del caso, sin descartar ninguna hipótesis.
Los testimonios de amigos y testigos, el análisis de las cámaras de vigilancia y el rastreo del móvil de Pablo han sido los principales elementos para reconstruir las últimas horas en las que fue visto.
El joven estudiante de Medicina estuvo en un pub de la calle Arco Agüero con unos amigos. Cuando salió, alrededor de las 23:30 según uno de los dueños del pub, tropezó y rompió involuntariamente el móvil de otro joven con el que tuvo un pequeño encontronazo. Según el portavoz de la familia, ambos acabaron dándose los números de teléfono para que Pablo asumiese el coste de la reparación y la riña no fue a más. A continuación, Pablo se fue junto a un amigo del que se despidió con la intención de coger un taxi. En ese momento, su rastro se perdió.
La familia de Pablo Sierra descartó, desde el principio del caso, una posible desaparición voluntaria del joven. Siempre mostró su confianza en el trabajo de la policía y pidió colaboración ciudadana para que se informase de cualquier información relevante para el caso.