“Donde las palabras no llegan, nosotras sonamos”. Este era el mensaje que lanzaba Galop, la obra con la que Ana Maou debutaba anoche en el López de Ayala como directora de la compañía La Jolie.
Una música de ensueño y una gran expresión corporal fueron las protagonistas de Galop. Una obra un tanto especial al carecer de diálogos aunque estos no le hicieron falta para transmitir emociones.
Tan solo una Vespa con sidecar sobre el escenario sirvió para que los espectadores de anoche se transportaran a mil lugares, como la playa, o momentos, como la juventud. Una propuesta necesaria que también pudo reflejar la búsqueda interna que muchas mujeres experimentan tras la maternidad.
Fue una aventura única para las actrices, que se enfrentaron a momentos difíciles y llenos de dudas pero que sin duda merecieron la pena.
Entre aplausos despidió el público de anoche a Galop la obra que les aventuró a coger las riendas de sus vidas e iniciar un nuevo camino.