Anoche, el Gran Teatro de Cáceres vibró con el humor de Daniel Fez y su show "Una vida regulinchi". Con su estilo cercano y espontáneo, el creador de contenido, seguido por más de un millón de personas, hizo reír al público mientras reflexionaba sobre el impacto de las redes sociales.
"Influencer que le pasan cosas, no como lo normal que se ve en redes de vidas perfectas, no"
En un mundo de redes sociales, con influencers que tienen vidas perfectas, está Daniel Fernández, creador de contenido, influencer pero "regulinchi": "Influencer que le pasan cosas, no como lo normal que se ve en redes de vidas perfectas, no"; "en los hoteles en vez de ponerme Daniel me ponen David o me dejo la llave dentro de los hoteles".
Esa realidad es lo que atrae: "El humor que hago en redes, suele ser inteligente, de protesta, de no hay que seguir videotutoriales de gente que tiene cero conocimientos de tu vida, de la vida en general de cómo ser millonario, cómo ligar".
Él los desmiente y da consejos, pero ¿y si el público tuviese que dárselos a él?. "Que haga el curso de Llados, poder llegar a hacerse un influencer"; "lo importante es ser fiel a sí mismo, lo importante es participar", nos decían algunos asistentes.
En su peor momento, con sus videos, regalaba quizás los mejores momentos del día a sus seguidores, hoy lo sigue haciendo y también cara a cara: "Me hacía reír un montón y no me lo podía perder"; "en Instagram con los videos que hace de risa, yo me parto"; "me llama la atención esa crítica que hace de la superficialidad que hay y de la capacidad que tenemos de seguir a cualquiera".
Y lo hizo de la mejor forma posible: anoche, Daniel Fez no fue tan regulinchi.