La lluvia ha vuelto a ser protagonista en el inicio de la Semana Santa cacereña. La Cofradía del Cristo del Humilladero se vio obligada a suspender su estación de penitencia prevista para la noche del Sábado de Pasión. Las previsiones meteorológicas no eran favorables y, finalmente, la lluvia apareció de forma persistente a última hora de la tarde, lo que obligó a tomar la difícil decisión apenas media hora antes de la salida programada.
Cristo de la Preciosa Sangre
Durante todo el día, los cofrades estuvieron pendientes de las aplicaciones del tiempo, esperando que las condiciones mejoraran. La incertidumbre se mantuvo hasta que, tras una reunión interna, se comunicó oficialmente la suspensión de la procesión. “A las duras y a las maduras”, expresaba Ismael López, mayordomo de la cofradía. “El año pasado lamentablemente también tuvimos que suspender una de nuestras procesiones, en ese caso la del Jueves Santo, y este año ha tocado la del Sábado de Pasión”.
A pesar de no poder salir a las calles, la emoción no faltó dentro de la iglesia del Buen Pastor, donde se vivió un acto íntimo. Alrededor de 200 cofrades acompañaron a la imagen del Cristo de la Preciosa Sangre en un Vía Crucis celebrado en el interior del templo. No faltaron las saetas ni la música de la Banda del Humilladero, que también quiso estar presente en este momento de recogimiento.
Desde el interior de la iglesia, los nazarenos reflexionaban sobre la situación con una mezcla de tristeza y fraternidad. “No salir a la calle es una pena, pero al final se hace el Vía Crucis y se disfruta de otra manera, aunque distinta, también emocionante”, comentaban algunos. Otros apuntaban a la importancia de preservar el patrimonio: “El patrimonio histórico y artístico es más importante”.
La Cofradía del Humilladero, una de las más antiguas de la ciudad, y fundada en 1493, tenía previsto iniciar su recorrido desde el templo del Buen Pastor, cruzando el barrio del Espíritu Santo y la conocida barriada de las 300, hasta llegar a la iglesia del Espíritu Santo.