La piscina de la Ciudad deportiva de Cáceres ha sido ha tenido que cerrar varias veces durante las últimas semanas porque alguien había defecado en el agua o había arrojado excrementos.
Un reto viral que busca conseguir seguidores o likes en las redes sociales y cuyos primeros perjudicados son el resto de usuarios, ya que lo primero es desalojar la piscina de bañistas, para después retirar las heces y desinfectar el agua. Algo que puede llevar entre dos y tres horas según Marcelino López, presidente de la Federación extremeña de salvamento y socorrismo.
Talavera la Real y Miajadas
En julio sucedió lo mismo en Talavera la Real y en Miajadas. De hecho, la Policía pidió la colaboración ciudadana en un comunicado en las redes asegurando que se mantendría el anonimato de quien diera alguna pista.
También informaba de las sanciones: entre 3.000 y 60.000 euros además de los costes que la desinfección suponía para el propietario de las instalaciones (en estos casos, los ayuntamientos). La investigación sigue su curso y todavía no se ha dado con el autor o autores.
Uso de pañales
Cuestión aparte es lo sucedido en Rincón del Obispo, pedanía de Coria o en la piscina San Jorge de Cáceres donde se tuvo que clausurar la piscina pequeña. La culpa: un niño que se bañó sin pañal.
Por eso la recomendación que se hace a padres y tutores es que niños, o personas que tengan dificultad para controlar los esfínteres, se bañen provistos de pañales.
La mayoría de las piscinas en Extremadura estarán abiertas al público la menos hasta el inicio del curso escolar.