La nebulosa Cabeza de Caballo y la nebulosa de la Flama fotografiadas por Miguel Gracia
Que Extremadura disfruta de un cielo limpio desde el que observar las estrellas no es algo que sepamos ahora, pues desde hace años se promociona la región como destino astro turístico desde el que dejarse llevar mirando al cielo, pero quizá no sabíamos que desde nuestra tierra se podría ver la belleza del espacio y toda su magnitud.
Esto es precisamente lo que ha conseguido Miguel Gracia, un joven astrofotógrafo de Cáceres que un día comenzó a mirar al cielo con otros ojos y gracias a su telescopio ha conseguido inmortalizar la magnitud del espacio a través de su objetivo para compartir estas espectaculares imágenes con los usuarios de las redes sociales.
Pese a su corta edad -tiene 22 años- Miguel ya ha conseguido un lugar destacado en esto de la astrofotografía tras la publicación en Twitter de un mensaje que hacía las funciones de presentación y en el que daba a conocer una pequeña muestra de su trabajo. ¿El resultado? 15.000 seguidores más de la noche a la mañana, más de 82.000 retweets y casi 139.000 ‘me gusta’ en la publicación.
“No me esperaba esos números. He tenido tantas respuestas que es imposible quedarme con una sola. Han enviado mensajes muchas personas”.
Su éxito no es casual, pues Miguel sabe que detrás de estos resultados hay muchos días de ensayo y error como explica a Canal Extremadura. “Sales una noche, te equivocas, vuelves al día siguiente y lo solucionas. Al día siguiente surge otro inconveniente y así vas perfeccionando su técnica”.
La afición de Miguel por inmortalizar todo lo que nuestro ojo no ve a simple vista mirando al cielo surge tras el verano del año 2020, cuando acompañó al fotógrafo Lorenzo Cordero en algunas salidas fotográficas en las que tuvo la oportunidad de ampliar conocimientos tanto del cielo como fotográficos.
Para explicar su afición Miguel se sirve de una frase utilizada por el periodista argentino Mariano Rivas: “Es una mezcla de ciencia, técnica y arte”.
Miguel es consciente del enorme potencial que tiene Extremadura tanto para la astrofotografía como para el turismo astronómico. “Yo cojo el coche y en 15 minutos estoy listo en un sitio aceptable para hacer fotos. Conozco a otras personas que deben conducir hasta dos y tres horas para encontrar un punto bueno”.
Consciente del auténtico tesoro que supone la calidad del cielo y la escasa contaminación lumínica que hay en Extremadura, Miguel pide precisamente que seamos más conscientes de ello y que se defienda para preservarlo. “Debemos pedir a las instituciones y reivindicar nuestro paraíso. Hacemos un despilfarro increíble en materia de iluminación” afirma.
Una afición que rompe fronteras
Este estudiante de marketing y publicidad en el instituto Ágora de Cáceres sabe que dedicarse profesionalmente a la astrofotografía es prácticamente imposible, pero no descarta poder aplicar su afición y conocimientos en posibles trabajos relacionados con el turismo astronómico.
“Me gustaría hacer algo ligado al turismo astronómico y a la defensa de nuestros cielos”
La familia de Miguel le apoya y aplaude sus trabajos como lo hacen sus amigos. Ahora también miles de personas anónimas le animan a seguir adelante y a que comparta sus trabajos en las redes que le han dado a conocer por todo el mundo, pues no paran de llegar mensajes desde varios puntos del planeta desde que lanzara la publicación.
Para todas esas personas, y también para las que le siguen descubriendo, Miguel les invita a conocer el Parque Nacional de Monfragüe, un destino reconocido por la Fundación Starlight por la calidad de su cielo. “Es un destino increíble, como Los Barruecos o Casar. Son sitios que me encantan”.
También recomienda conocer las asociaciones de aficionados a la astronomía porque “se aprende un montón y hay que crear un espacio en común de los amantes de la astronomía”.