En un local semioculto de un viejo barrio de Cádiz, Dory, Mercedes y Rosa, lideradas por la misteriosa Dionisia, se reúnen por las tardes en torno a un bingo clandestino.
"Esta cosa clandestina, de mujeres divirtiéndose... de pronto digo: esto es Las Bacantes"
A eso de 10 céntimos el cartón, el dinero no es lo importante. Lo importante es la charla, una bocanada de aire en la vida de cuatro mujeres con espaldas repletas de tragedias.
"Qué es lo que quiere una madre, cuáles son sus sueños rotos, qué es lo que pasa por dentro..."
Las butacas hablaban entre carcajadas:
"Picante, divertida, pero a la vez tocando los temas que son más de actualidad"
Para la línea griten 'naranja', para el bingo 'limón'… no vaya a ser que aparezca el 'suarsenaguer', queriendo evitar aquello que necesitamos: el humor.
"Nosotras estamos reivindicando el derecho al cachondeo y a reírnos, aunque sea de cosas tan terribles"
Entre limones y naranjas, cartones y charletas… pudieron salir del boquete, gracias a sus compañeras. Un bingo, o lo que fuera.