Aun queda más de la mitad de la cosecha por recoger, pero ya se puede hablar de una buena campaña de maíz. “Hay más superficie que el año pasado porque el año pasado tuvimos unas 22.000 hectáreas aproximadamente y este año tenemos unas 25.000, el año pasado no teníamos agua y este si, hay unas 12.900 en Badajoz y unas 12.300 en Cáceres”, nos cuenta Félix Liviano, agricultor de maíz.
Unas cifras algo superiores que hacen que la producción que se espera también sea mayor. El problema lo encontramos donde siempre, en los precios, debido a la competencia de terceros países. Más del 30% que exportan países como Ucrania o Brasil llega a los puertos españoles y lo hacen con un precio muy inferior al grano nacional, al que se cosecha aquí, provocando que merme la rentabilidad de este cultivo cuyos gastos son cada vez más difíciles de asumir para el agricultor.
Y precisamente en eso ponen el foco desde organizaciones agrarias como UPA UCE. “Aunque todavía no está produciendo venta, los precios que se están manejando están 20% por debajo de los del año pasado, tiendo en cuenta que los costes de producción no han disminuido sino que se han acrecentado, cuando ya eran altos... y la verdad es que es un problema importante”, dice su secretario general en Extremadura, Ignacio Huertas.
Con la incertidumbre de saber a cuánto se pagará la tonelada, aunque se auguran malos presagios, la campaña avanza y concluirá a mediados del mes de octubre.