La lengua azul ha llegado a Extremadura y ya son varias las explotaciones que tienen afectados a sus animales. En Almoharín se ha detectado el primer caso, pero en las comarcas de Mérida o de Sierra Suroeste ya hay más, pendientes de la temida confirmación oficial y sus aún más temidas consecuencias económicas.
"Mira cómo tiene las orejas, se le caen, tiene fiebre, las tiene calientes e hinchadas"
Son los síntomas que hace una semana levantaron las sospechas de Juan Bonilla, este ganadero de El Carrascalejo. Aún espera el resultado de las muestras, pero cree que una veintena de sus mil ovejas están ya afectadas por la lengua azul.
"Confiemos en que en mes y medio o dos meses el ganado esté vacunado y nos dejen mover otra vez"
No sabe cuál será el serotipo, pero sí conoce la enfermedad. En sus 60 años la ha visto varias veces en su ganado.
"Estábamos vacunados frente al serotipo 24, si ahora viene otro..."
Confía en que las medidas anunciadas por la Junta surtan pronto efecto. Evitar la transmisión es prioritario, dice, pero apela también a la propia concienciación en el campo.
"Si el primero se calla, todos los que están alrededor se han contaminado. Si lo dice, se puede atajar el principio"
Mientras, solo le queda cuidar a sus animales e intentar salvarlos, a la espera de la ansiada vacuna.