Asunción Gómez Pérez, investigadora y académica de la RAE, es uno de los galardonados este año con la Medalla de Extremadura, premio que recibirá este sábado en el Teatro Romano de Mérida. Natural de la localidad pacense de Azuaga, especialista en Inteligencia Artificial, y vicerrectora de Investigación y Catedrática de la Universidad Politécnica de Madrid, este martes cumplió 57 años. En Canal Extremadura Radio ha explicado que se enteró de la Medalla directamente por una llamada telefónica de la presidenta de la Junta, María Guardiola, una noticia que, asegura, le produce alegría, orgullo y satisfacción.
La Inteligencia Artificial, en alza
La experta augura un buen futuro para la Inteligencia Artificial de cara a los próximos meses; asegura que los modelos de lenguaje están en boga en este ámbito. Para controlar la IA, la Comisión Europea ha creado un reglamento que ahora deben aplicar las empresas, respetando los derechos fundamentales. Cuando se introdujo en ese terreno, hace ya 35 años, la Inteligencia Artificial estaba en una fase muy embrionaria; en este tiempo ha evolucionado mucho, y más rápidamente en la última década. Está -asegura- en nosotros la capacidad de adaptarnos a ella de una forma segura y responsable.
Afirma Asunción Gómez que sus años en la Universidad de Stanford, en Sylicon Valley -todo un referente en el sector- le ha marcado mucho y le ha aportado una experiencia que posteriormente ha podido desarrollar en la Politécnica de Madrid, donde ha desarrollado buena parte de su actividad profesional. De aquellos años en Estados Unidos guarda un recuerdo -dice- fantástico; y sostiene que ese país va muchos pasos por delante del resto en Inteligencia Artificial.
Su trabajo en la RAE
Las funciones de Gómez en la Real Academia Española pasan por intentar que las máquinas hablen y escriban un español correcto, y que la IA ayude a los lingüistas a descubrir las nuevas palabras que van surgiendo. En este sentido, subraya la importancia de mantener la unidad del idioma. A su juicio, ser una mujer en el ámbito de la ingeniería no tiene por qué ser un lastre; al contrario, asevera que es una ventaja "porque somos muy pocas". Espera que su Medalla de Extremadura anime a muchas mujeres a adentrarse en el terreno de la informática pura. Es de la opinión de que "donde se ponga un buen libro, que se quite una pantalla". Y nos cuenta que con frecuencia vuelve a Extremadura; cada dos semanas se deja caer por su Azuaga natal o por Zafra. Le gusta -concluye- mantener el contacto con su tierra extremeña.