Besos y abrazos... y, por supuesto, ¡selfies! Muchos selfies. Fotografías en las que tiene que salir toda la familia, incluida Mafalda, la perrita de Solana de Los Barros que ha acompañado a Alí durante todo el verano. Regresan a su hogar: los Campamentos de Refugiados de Tinduf.
Un "hasta el año que viene" que sirve como revulsivo para estudiar mucho y poder repetir estas vacaciones en paz. Así nos lo cuentan Lubeina, Jadi, Alí, Zaira, Havana, Abdu o Brahím. Sólo son siete de los niños y niñas de 9 y 10 años que han pasado estos dos meses de verano en Extremadura con sus familias de acogida. Han vivido entre Solana, Almendralejo, Mérida, Siruela, Villanueva de La Serena, Higuera o Puebla de Alcocer
Los niños y niñas que han formado parte del programa, creado para sacarlos del desierto y paliar temporalmente su difícil situación, han podido olvidarse por un breve periodo de tiempo de las duras condiciones geográficas y climáticas –con temperaturas que superan los 55 grados- en las que viven en los campos de refugiados. También han tenido acceso a una alimentación completa y equilibrada durante estos dos meses.
Unas 'Vacaciones en Paz' llevabas a cabo por la Asociación Nur Saharaui, que este año ha traído a 72 pequeños a la región. Vacaciones "disfrutonas" y muy solidarias gracias a esas familias que durante el verano se vuelcan con estos niños y niñas y con los que realizan multitud de actividades lúdico-culturales y educativas. Aunque la que siempre gana y, por goleada, es la "actividad de piscina". Seguida de la playa y de los ríos. Entornos muy diferentes a los que estos pequeños, que viven refugiados en campamentos, están acostumbrados.