Pasados unos días del desastre, todavía en medio de las labores de rescate y limpieza, surge la pregunta: ¿Cómo ha afectado a la salud de la población en estas localidades? Una pregunta que hemos hecho a un experto en epidemias.
"Es prioritario para garantizar la salud pública asegurar que las poblaciones afectadas tengan agua en buenas condiciones, alimentos seguros y energía para poder cocinarlos, aunque sea de manera provisional", nos cuenta el epidemiólogo, Gregorio Montes. Así se evitan potenciales riesgos para la salud de las aguas de inundación y de las aguas estancadas, que pueden ser una puerta de entrada para enfermedades infecciosas, sobre todo gastrointestinales.
"Las personas con patologías previas pueden ver agravadas sus condiciones al no disponer de su medicación habitual, especialmente si dejan de recibir los cuidados y tratamientos que necesitan, como, por ejemplo, acceso a diálisis u oxigeno", explica.
A su juicio, el sistema de vigilancia en salud pública debe intensificar su labor para detectar precozmente posibles brotes o aparición de enfermedades que requieran actuación urgente. Especial atención a la salud mental, no solo de los que han perdido familiares sino también de los voluntarios a los que pueda afectar todo lo vivido.