Se acerca el frío y con él llega el tiempo de las matanzas tradicionales. Es una cita arraigada en nuestra región, y en la que hasta ahora se juntaban muchas personas, cada una con una tarea definida. Con la pandemia, las normas han cambiado.
Salvo que sean convivientes, ahora solo podrán asistir un máximo de seis asistentes, y además, el solicitante de la matanza deberá hacer una lista con los nombres y teléfonos de los participantes que guardará durante 15 días. La matanza se celebrará al aire libre siempre que sea posible, y si no, en locales con buena ventilación y en los que se pueda respetar la distancia interpersonal. Las herramientas, no se recomienda compartirlas y sí desinfectarlas después de cada uso. Como último requisito, el responsable de la matanza deberá firmar una declaración en la que se indique que se van a cumplir las medidas.
Este año por tanto, esta tradición no podrá tomarse de una forma festiva, sino que ha de limitarse a las labores tradicionales de sacrificio y elaboración de los distintos productos para el autoconsumo.
Aquellos que tengan pensado realizar matanzas domiciliarias podrán hacerlo hasta el 31 de marzo.