Nuevas incidencias en el tren extremeño. En este caso no por Renfe ni Adif, sino por culpa de algunos pasajeros. La Policía ha tenido que intervenir esta mañana por segunda vez en lo que va de semana. El motivo, un pasajero que no quería ponerse la mascarilla.
Según confirman fuentes de la empresa pública ferroviaria, el hombre subió al ALVIA en Mérida sin mascarilla y se negó a ponérsela pese a los requerimientos de la interventora, alegando tener un justificante médico. En Cáceres tuvo que intervenir la Policía y, al no presentar ese documento, los agentes le conminaron a abandonar el tren. Renfe asegura que estos casos son habituales, aunque lo normal es que el pasajero acabe poniéndosela.
Tan solo 48 horas antes, los agentes tuvieron que volver a intervenir. El lunes subieron a otro tren con origen en Extremadura, a la altura de Madrid, para identificar a un pasajero que había abierto sin permiso las puertas de la máquina provocando su parada. El motivo, su inquietud porque el convoy había frenado entre Torrijos e Illescas, con el consiguiente olor a quemado de las zapatas.
El hombre se enfrentó al interventor, que tuvo que rearmar el sistema y avisó a la policía nacional. Una situación de tensión que provocó que otra pasajera sufriese un ataque de ansiedad, por lo que se solicitó una ambulancia que finalmente no fue necesaria. El tren llegó a la capital con 24 minutos de retraso.