Por Extremadura han transitado más de 400 ucranianos huyendo de la guerra. Muchos, haciendo parada en Montijo, antes de coger otro tren para continuar su camino. En esas horas de espera reciben atención especial para sus necesidades a través de la Cruz Roja. Para ello es imprescindible la traducción de voluntarias como Mariya Bevkoshka.
'Me preguntan por cómo me siento'
Mariya cuenta lo emocionante que es recibir a compatriotas que han atravesado hasta diez países sin nadie que se preocupe por su estado y su salud. Reconoce que en España se acoge y cuida a los refugiados muy bien, y así se lo transmiten.
Asegura que cuando está traduciendo, la persona piensa: "Qué bien, por lo menos me están preguntando como personas por cómo me siento". Ahora tiene el deseo de reencontrarse con ellos cuando todo acabe y haya paz.