Aumentan las agresiones a docentes. Durante el curso pasado, cerca de medio centenar de maestros y profesores extremeños fueron atendidos por el Defensor del Profesor a causa de la conflictividad en sus centros.
Problemas para dar clase, ciberacoso en redes sociales o falsas acusaciones son algunas de las principales formas de violencia. Casi el 60% de los docentes que la sufren acaban con depresión.
"Lanzarle objetos, reírse, burlarse, esto puede llevar a nuestros compañeros a que cada vez se sientan peor"
Lo cuenta Emilio Santos, docente de instituto con 28 años de experiencia, y lo confirman los datos del Defensor del Profesor: La conflictividad en las aulas aumenta y no solo por parte de los alumnos, también de sus familias.
"Falsas acusaciones por parte de alumnos y padres, presión para cambiar notas..."
Ana Bravo, coordinadora del Defensor del Profesor, advierte de que "es una situación muy complicada que es muy difícil de canalizar solo". Por ello prestan ayuda psicológica y jurídica a los docentes que atienden, 41 el curso pasado en Extremadura.
Pero la mayoría se sienten abandonados por la administración y cuando llegan a este servicio lo hacen con un nivel altísimo de ansiedad o depresión. Y es que aunque ya son considerados como autoridad pública, los profesores se sienten frustrados ante una falta de respeto que demasiadas veces queda impune.
"Y en muchos casos apoyados por la propia familia, que tiene una conducta sobreprotectora"
El servicio pide más respaldo de los poderes judiciales y de la propia administración que asfixia a los docentes, dicen, con tanta burocracia y cambios normativos.