El barco turístico de Serradilla lleva más de cuatro meses parado. El bajo caudal, según ha denunciado reiteradamente el alcalde de Serradilla, Francisco Javier Sánchez, no le permite navegar. Y sin esa y otras actividades, también bajan las reservas turísticas en la zona. Es solo una de las consecuencias visibles del polémico desembalse que Iberdrola llevo a cabo en el entorno de Monfragüe durante el mes de agosto.
Los alcaldes de la zona siguen criticando hoy la inacción de la Confederación Hidrográfica del Tajo ante esta gestión de Iberdrola. Aseguran que en agosto, desde la Dirección General del Agua, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica, se informó de la apertura de expedientes a la empresa que gestiona este embalse, por considerar que había mala praxis.
Sin embargo, el Gobierno ha reconocido recientemente que esos trámites no se han llevado a cabo. "El gran daño ambiental, turístico y social no se está investigando, y nos parece una vergüenza", denuncia el alcalde serradillano; el de Belvís de Monroy, Marco Pascasio, lamenta que "una vez más, desde el entorno rural nos vemos abocados al sufrimiento y al abandono de las instituciones".
"El gran daño ambiental, turístico y social no se está investigando, y nos parece una vergüenza"
Hoy, sin embargo, el Ministerio asegura que se trata de un retraso administrativo y que están a la espera de completar los informes de Confederación para hacer los requerimientos pertinentes a Iberdrola.
El embalse de Valdecañas está al 25 por ciento de su capacidad, más de doce puntos por debajo de la media de los últimos diez años.
