El incendio forestal de Jarilla, que ha afectado gravemente al norte de Extremadura, sigue estabilizado, aunque aún no se ha declarado como controlado. Las labores de vigilancia continúan de forma intensa, con los bomberos del INFOEX recorriendo palmo a palmo el terreno y refrescando las zonas más sensibles para evitar posibles reactivaciones.
El fuego ha dejado una huella devastadora: 17.300 hectáreas quemadas dentro de un perímetro de 170 kilómetros. La magnitud del incendio ha requerido un despliegue técnico y humano sin precedentes en la región.
Las autoridades confían en que, si las condiciones se mantienen favorables, en las próximas horas se pueda declarar oficialmente como controlado. Mientras tanto, el trabajo de los equipos de extinción sigue siendo crucial para garantizar que no haya nuevos focos y que el incendio no vuelva a poner en riesgo a las poblaciones cercanas ni al entorno natural.