Este es el segundo año que Extremadura - y el resto del país- se queda sin procesiones, uno de los atractivos de la Semana Santa. Tampoco se ha celebrado el Carnaval en Badajoz y Navalmoral de la Mata y la feria taurina de Olivenza, aunque está previsto que celebre festejos, no se parecerá ni de lejos a la de ediciones anteriores.
La pandemia deja a la región sin uno de sus principales atractivos turísticos y la falta de eventos festivos se traduce en pérdidas millonarias en los hoteles y alojamientos turísticos extremeños. "No podemos calcular las pérdidas que llevamos, porque es sumar y sumar", asegura Antonio Martínez, presidente de la asociación de empresarios de hostelería y turismo de Extremadura.
Pérdidas millonarias
Pero echando cuentas de algunas cifras, la lista de pérdidas es interminable. Solo en la ciudad de Cáceres la Semana Santa supone unos ingresos de unos 12 millones de euros. La misma cifra mueve el Carnaval de Badajoz que no se ha embolsado este año. Los ingresos de la feria taurina de Olivenza son menores, unos 5 millones de euros, pero imprescindibles para la economía del municipio.
Esperanza en el verano
"Era algo que podíamos imaginar- nos cuenta Antonio Martínez- el turismo tal y como lo conocemos no volverá ni este trimestre ni el siguiente". El presidente de SETEX confía en que a partir de julio o agosto, cuando se haya avanzado en la vacunación y no haya restricciones de movilidad entre comunidades pueda recuperarse al menos el turismo rural "pero el turismo urbano, sin eventos ni celebraciones será muy difícil que se recupere", asegura Martínez.
"Nosotros llenábamos por Semana Santa, la feria de San Juan o los Palomos, y este año apenas llegamos al 10% de las reservas", asegura Toni Sánchez, responsable de reservas del Hotel San Marcos de Badajoz.
El año pasado los alojamientos extremeños perdieron mas de 2 millones de pernoctaciones por la pandemia. Casi medio millón de esas pernoctaciones eran de turistas extranjeros.