La pandemia provocó un cambio en la conducta de muchas niñas, niños y adolescentes. Es la principal conclusión del estudio realizado por la Fundación Gasol a más de 3.000 jóvenes. Al no poder hacer vida normal, los más pequeños no han tenido capacidad de acostumbrarse a ella.
Los datos del estudio revelan que desde hace tres años los niños y adolescentes comen peor, se sienten más infelices y duermen menos horas. Esto último está relacionado directamente con una bajada de rendimiento en los estudios al descansar peor, algo que también tiene que ver con la dependencia de los dispositivos electrónicos.
Las niñas, más afectadas
Unos malos hábitos que afectan más a las niñas que a los niños. Esto puede deberse a una cuestión cerebral. "Cuando hablamos de cuestiones emocionales, al estar el cerebro de las mujeres más conectado en ese sentido, los aspectos emocionales pueden afectarles más o ser más conscientes de que el problema está ahí". Los expertos apuntan a que recuperar el nivel de actividad previo a la pandemia puede contribuir a volver a una vida mucho más saludable.