Abuelos y abuelas, nietos y nietas lo han pasado mal durante todos estos meses de pandemia. El vínculo afectivo especial que los une se ha visto zarandeado por la crisis sanitaria, limitando sus contactos al ámbito telemático y retrasando su esperado encuentro presencial.
Una historia que también se ha repetido en las relaciones intergeneracionales adoptivas. Así le ha ocurrido a Eugenia Villares y Rocío de Alba, abuela y nieta respectivamente.
Las dos participan en el programa 'Adopta un Abuelo', una iniciativa que enriquece a jóvenes y mayores. Los primeros aprenden valores y conocen experiencias, y los segundos se sienten escuchados y acompañados. Y ambos se sienten queridos.
Año y medio separadas
Después de casi un año y medio de pandemia, Eugenia y Rocío han vuelto por fin a reencontrase en persona. "El haber podido venir, verla y hablar con ella ha sido muy bonito", enfatiza Rocío de Alba.
Eugenia tiene su propio nieto de sangre, pero no oculta que adora a su 'otra' nieta, Rocío. "Mi nieta me parece fabulosa, simpática, agradable, una buena niña", enumera.
Ahora su afecto mutuo podrá de nuevo expresarse cara a cara. Cada día que ambas van a volver a reencontrase, confiesa Eugenia, "estás con la golosina, como los muchachos chicos".